jueves, 7 de noviembre de 2013

ABUNDANTE TESTIMONIO

 En medio de mi experiencia pastoral he visto, escuchado e imaginado toda clase de sacerdotes, desde los más osados, carismáticos, divertidos y abiertos, hasta los más serios, serenos, precavidos y orantes, sin duda todos centrados en la entrega desinteresada y amor profundo por el Cuerpo y la Sangre de Cristo.

Los sacerdotes son abundantes testimonios de vida, por tanto la coherencia con su vocación debería ser consecuente, y la homilía una respuesta congruente a su servicio, como realmente es si la vocación nació del corazón. Su testimonio se ve en la pulcritud del cleriman y el alba, que viven con dedicación. Son ellos testigos de nuestro caminar y, como Jesús en Emaús, cuando nos desmotivamos son ellos los que nos revelan la gloria Divina en la Eucaristía. Es la plenitud que los sacerdotes viven en Jesús lo que nos muestra su santificación, su pasión, su abundante testimonio.

Por otro lado, nosotros no sabemos a ciencia cierta dónde termina la humanidad de Jesús y dónde comienza su Divinidad, igualmente el testimonio de los sacerdotes nos muestra el mismo misterio, pues, no sabemos dónde termina el hombre, ni dónde comienza el santo, eso lo transmite su rostro.

Finalmente, me gustaría decir que, nuestro amor mariano crece cuando el sacerdote refleja su filial Magnificat, cuando su entrega trasluce el fiat humilde de nuestra Madre y su presencia hace saltar nuestro espíritu, como en Isabel. Por tal motivo, es de nosotros la responsabilidad de orar por ellos, por las vocaciones, tanto masculinas como femeninas, apoyarlos en la construcción de comunidad, en fin, acompañarlos en su camino a la santidad.


A ustedes queridos sacerdotes porque tienen abundante testimonio.






CONI.
Catequista WEB
alexgomez0108@hotmail.com
Artículo revisado por:
Lila Patricia Sarmiento Ortega
Lic. Humanidades y lengua Castellana.

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