lunes, 3 de junio de 2013

Pablo, modelo de catequista

A ustedes queridos catequistas.

El Señor Todopoderoso siga derramando sobre ustedes el amor de su Espíritu Santo y, de esta forma, continúe infundiéndoles el don de la Palabra y la enseñanza kerigmática.

Del mismo modo que Pablo abrazo la fe de Jesucristo en el mismo momento de su conversión, fortaleciendo su cuerpo y alma (Hch 9,19-20) así mismo nosotros amigos catequistas hemos sido enviados (Mt. 28, 18-20) a llevar la alegría de Dios manifestada por medio de Cristo (Lc 2, 10).

Nuestro valor no lo obtenemos de las tantas catequesis que hemos podido desarrollar, ni la forma, ni la intensidad, sino de nuestra manera de asimilar nuestro llamado, como Pablo (Hch. 9, 22).

Como humanos tendremos debilidades y fortalezas, sin embargo somos parte del cuerpo de Cristo (1ª Cor. 12, 27) y como tal debemos hacer que nuestras debilidades se vuelvan fortalezas y nuestras fortalezas sean apoyo para las debilidades del prójimo. Por consiguiente, hacer que Jesús sea nuestro estilo de vida, es acariciar en todo momento la gracia del perdón (Heb. 4, 14-16) y la alegría del servir (Mt. 20, 28).

La invitación que hoy les hago es a no desfallecer, aun cuando los afanes del mundo nos hagan cautivos, recordemos que Pablo se dejó inundar del Espíritu Santo y aún cautivo, su misión lo mantuvo libre.

Con gracia y alegría comparto esta experiencia kerigmática con ustedes mis hermanos en Cristo nuestro Señor.





CONI
Catequista Web
alexgomez0108@hotmail.com

Artículo revisado por: Lila Sarmiento - Lic. Humanidades y Lengua Castellana (UA)

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